(En fin, una imagina como si no hubiera mañana).
Pasiones dice, y nadie nunca ha cuestionado la sentencia, que toda calentura prosaicamente aparecida de la nada se debe al trabajo de algún brujo hecho por ahí (¡Como si no fuera una la que más trabaja antes, durante y después de las famosas relaciones que en mala hora se nos ocurre tener, y en un vago intento por conciliar el sueño en noches difíciles como ésta!).
Siga trabajando, amigo místico y escaldasónico, que las noches de invierno se nos están poniendo frías (como para congelarle los pies a todas las mujeres de este hemisferio juntas).
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