
Rayuela siempre ha sido mi libro favorito, pero desde que descubrí que era Talita. no siempre fui talita -o, en su defecto, lo desconocía- pues comencé a serlo cuando Traveler me dijo que lo era. Traveler llegó hace algunos años a mi sala con unos jeans gastados y algo chascón. tenía toda la fachada de haber sido un adolescente en los 90, de ser un grunge que todavía cargaba el luto por kurt cobain. cuando se sentó en la mesa (y no en la silla, qué revolucionario profesor), dijo que venía a mostrarnos un poco de literatura. a pesar de los aburridos temas que impone el ministerio, como el drama del emisor con el receptor, que qué diantres es un texto argumentativo, tuve la increíble capacidad de extrapolarme del contexto y echar a correr mi imaginación. no era mi intención, lo juro, pero ya me era imposible no imaginar a Traveler arriba de una mesa, levantándome la falda del uniforme, tomándome por las piernas hasta conducirme a su centro. pensé que todo era culpa de la monotonía de las materias, hasta que un día se me acercó y se sentó en mi mesa. cuando una simple pregunta por el canal se transformó mentalmente en una insinuación de segundo tipo, descubrí que me había enamorado de mi profesor de castellano. qué tragedia. pero más tragedia es lo que pasó después. ingenuamente me dediqué a escribir todo lo que Traveler decía en clases y, en la parte de atrás del mismo cuaderno, a echar un poco afuera todo lo que me estaba pasando. no, eso no es lo trágico. lo trágico fue que un día el dichoso cuaderno se me perdió. lo busqué por todo el colegio y llegué a llorar, porque si alguien lo encontraba estaría al descubierto. recé una semana entera (como nunca lo había hecho por nada) y finalmente el cuaderno apareció, pero no donde yo quería que apareciera. un día lunes en la mañana, Traveler me dijo que fuera a su oficina después de clases. pensé que me iba a entregar la prueba que me debía, pero cuando llegué al lugar de encuentro, me sentó en una silla inquisidora y me preguntó si el cuaderno que él tenía en su mano era mío. no supe qué decir. cuando por fin rompí el silencio, me lo entregó con una sonrisa. me aproximaba a abrir la puerta y de pronto me confesó que había leído la parte de atrás. agregó que escribía muy bien. me preguntó si había leído werther y, cuando le dije que no, me lo prestó en seguida. podríamos decir que en el momento mismo en que Traveler me prestó un libro que no era de lectura obligatoria, descubrí que había un vínculo insoslayable que se estaba construyendo. llegué mi casa y lo leí con desesperación. me sentí tan identificada que no pude evitar decirle, al otro día, que me había encantado. se sorprendió de que lo hubiese leído tan pronto, pero sonrió nuevamente. “tienes que leer a cortázar -me dijo-, es mi escritor favorito y estoy seguro de que te gustará también”. a los días hubo un concurso literario en el colegio y participé porque Traveler me lo pidió. gané el primer lugar y Traveler se acercó para entregarme algo envuelto en un papel brillante muy bonito. cuando lo abrí era un libro de Teillier con una dedicatoria que decía:
“teillier es un poeta lárico que anhela ese pasado y tiempo que se fue y que difícilmente volverá. para mí fue muy significativo durante mucho tiempo. aún queda algo de eso. ojalá que para ti signifique algo también. sigue con la literatura, es algo muy precioso y peligroso que debes cultivar”.
3 comentarios:
: )
el día en que logre pasar este libro (he intentado unas tres veces, pero aunque el capítulo siete es una belleza excepcional, lo demás no logra encantarme como se supuso alguna vez que lo haría) lo voy a hacer solamente en tu honor, porque todavía se me arranca un poco la referencia.
a mí me dijeron eso también. yo no estoy pa andar jugando a las tocaítas y a la pinta, fue algo así. es penca, pero una aprende, ¿no? y, como hablaba hoy en mi clase de teatro que tiene tanto de cultura pop, el profe decía que una siempre lee para atrás: y ahí es cuando dice ah, fue para "más mejor". o: era un simple oliveira, en ningún caso un traveler.
Las magas son más volátiles, pero por eso mismo son más felices :(
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