viernes, 11 de abril de 2008

Lo que está quedando

Lo que pasa con lo que va quedando atrás es tan simple como la mera consecuencia del olvido, ese espacio en blanco que se cubre con un tejido de recuerdos sobreestimados a lo lindo, con historias que alguna vez tuvieron una pizca de realidad, pero que ahora no son más que una completa ficción. Lo mismo pasa con los que se van quedando atrás, todos los posibles, imposibles, todo lo que fue y no fue, ya no será más (¿alguna vez fue realmente?), todas las amistades, amores, cuasis, etc. se acumulan en ese espacio cada vez más angosto, estrecho y oscuro denominado memoria. Pero no es esta la volada que quería escribir. Quería, tal vez ingenuamente, sentarme a pensar en qué es lo que se ha ido con el tiempo, pensar en qué es lo que se ha mantenido siempre, pensar en qué ha cambiado todo lo que conozco, sé y pienso, pensar y solo pensar en el origen de esas caricias que me transportan de este lugar, en este preciso instante. En todo eso que siento por dentro cuando me miras a los ojos, y con un destello casi infantil te acercas a mí para permanecer, para estar, para sentirnos mutuamente, para llenar mi día. Porque es cierto, a fin de cuentas lo que importa es lo que va quedado atrás, es esa satisfacción que siento cuando, a pesar de haber tenido un día de discusiones estúpidas, puedo decir con confianza que lo único que necesito es tenerte, cuando los errores desaparecen como por arte de magia y solo quedan las sonrisas grabadas en mi memoria. ¿Es esto una ficción? No pretendo meterme en teorías a esta hora, solo quiero pensar sentir y saber que mi recuerdo, mi presente y mi futuro, es tan real como todo lo que ha sucedido y sigue sucediendo desde hace unos cuantos meses. Borrar la idea de sonrisas para guardarlo todo, sin perder detalle alguno, en un afán tan posmoderno que me asusta incluso que hayan salido de mi mente estas ideas; al final todo es una construcción sublime, que intenta desesperadamente no convertirse en una invención, que intenta que todo esto se mantenga en el tiempo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

como te dije hace un rato, la abuelita de una amiga me dio un consejo muy sabio una vez y quería que las demás chiquillas lo conocieran: no importa cuánto pelees en el día, pero la noche es reconciliación. si llegas al día siguiente sin haber resuelto el problema es mal augurio. y yo le creo, porque siempre peleamos con javier, pero nunca pasamos las doce sin pedirnos perdón de verdad.


me gustó lo que escribiste; es como si no te hubieses puesto límites, solo lo tiraste todo.

talita

Miss Rydia dijo...

Ustedes lo odian, pero F me dijo una vez que el amor son momentos y recuerdos: el amor es ese momento en el que te transportas, eso y los recuerdos que van quedando.
Envidio tu buena fortuna.

Isabel (IV) dijo...

Me uno al club de las que odian a F, y a M, y a todos los hombres que son letras o terminan siéndolo (Grr).

No se puede evitar, cuando todo anda bien, pensar en que todo se convertirá en un recuerdo alguna vez (y, en el peor de los casos, en sólo un recuerdo). La magia está en no matar la ilusión de felicidad porque a veces, por querer los huevos de oro,se termina matando a la gallinita del banco estado.


Saludines.